La escalera en nuestras vida siempre es protagonista de la accesibilidad o no a un espacio. Así como nos facilita la vida, también nos la puede limitar.

Para diseñar y planear una escalera debemos tener en cuenta todos los factores que nos podemos encontrar a lo largo de nuestra vida.

Un post no es suficiente para detallar y explicar todo lo que significa para nosotros un elemento constructivo tan importante. Por ello a lo largo del año iremos retomando este tema y lo iremos desmenuzando, hay mucho que analizar y mucho que investigar en este campo.

Por lo mientras sentaremos la base de este tema con un cuento corto que nos fascina.

El autor es Julio Cortázar, esperamos sea de tu agrado

Instrucciones para subir una escalera

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.

Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).

Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

Todas las fotografías nos las ha compartido la Fotógrafa Mexicana Aidé Gutiérrez , somos seguidores de su obra, alabamos la forma en que su lente capta los espacios, ya que nos hablan, nos transmiten sentimiento y nos hace vivirlos.

Muchas gracias Aidé

La pueden seguir en su espacio en Instagram Aidé Gutiérrez Fotógrafa